¿Cuándo fue la última vez que tomaste fuertemente la mano de alguien? ¿Cuándo fue la última vez que alguien tomo fuertemente tu mano?
¿Qué hay detrás del “tomar la mano”? Seguramente pensarás que es una respuesta a la necesidad, ¿pero a la necesidad de qué? ¿De cuidado, de protección, de dirección, de seguridad? Creo que ese pensamiento es correcto y compartido.
Pero ese tomar de la mano, para que sea satisfactorio, amerita encontrar en la otra persona el permitir. Y ahí, querido equipo, ocurre la maravilla. Sentimos el calor, el envolvimiento y nace la sonrisa.
Apreciado CADEC, este año les animo a que tomemos la mano de nuestro Dios, de nuestro Maestro. No solo en nuestro trabajo u oficio de profesor, más bien, para toda nuestra vida.
Soy un convencido de que Él, está ahí, siempre esperado, siempre dispuesto.
Félix E. Jara Retamal
Director
Colegio Adventista de Concepción